viernes, 20 de julio de 2012

AMIGOS






AMIGOS

Esta noche de invierno, apacible y serena como son las noches de invierno de estas tierras, no está plagada de fantasmas ni nostalgias. Me rondan rostros y siluetas; recuerdos de manos firmes sosteniendo mis fracasos; recuerdos de palabras afiladas acompañadas del generoso vino que da calidez a la amistad que nos conmueve.
Mientras la noche viaja buscando la alborada, todavía resuenan en mi mente esas palabras dichas al abrigo del nocturno para demostrarme que la vida merece ser vivida. palabras que me impedían caer a lo más profundo del abismo.
Esta noche de invierno, mientras Santiago duerme, me acompaña la presencia de los que se fueron y los que quedaron. Seres que compartieron y comparten mis momentos felices y lloraron o lloran mis angustias. Compañeros de travesía en esta gloriosa aventura de vivir.

Mis amigos.

Sé que soy afortunado. Tengo muchos amigos y aunque a veces no hablemos con frecuencia o no podamos vernos como deseamos, siento que ellos me quieren y que yo también los quiero. Para ellos este pequeño poema.





La memoria que guía mi mano

No soy yo
el que nombra
sino la torpe
memoria que guía mi mano
para que no olvide
esos rostros que nombro.

1 comentario:

  1. Antonio:
    Un bello poema corona un muy sentido texto.
    Uno de esos escritos que se redactan desde la placidez del buen recuerdo de la amistad.
    Un saludo muy cordial.

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