jueves, 9 de enero de 2014

Llajtay




                                         
                                                       Llajtay (Pintura de Emilia Carrillo)   




LLAJTAY
(Tierra mía)

Escondida en los montes,
sumergida
en el azul sin fin del cielo,
sudorosa
bajo soles eternos,
furtiva
detrás de algún quebracho,
en un silbo acongojado
o en un rostro de cobre veterano en arrugas
vive el alma irredenta

de Santiago del Estero.

Del libro "Áshpa Súmaj" (2003)

lunes, 6 de enero de 2014

ESPECIAL REYES MAGOS

 
 
 
 





Los dioses impotentes

 

Los Reyes Magos quisieron ir a Siria para salvar a los niños del infierno. Los rivales no lo permitieron y los dioses fueron impotentes.

 

 

 

Interrogante

 

Con el kalashnikov preparado, un niño etíope le pregunta a otro: ¿Qué es un rey mago?

 

 

 

Reyes magos

 

El niño despertó con las primeras luces del día. Apenas despejó su mente, recordó que era noche de reyes y corrió a ver que le habían dejado en sus zapatitos. Decepcionado, volvió a la cama. No habían dejado nada. Afortunadamente, los otros niños del orfanato seguían durmiendo.

 

 

 

Memorias

 

Cuando entré al quirófano, sentí un extraño escalofrío. Estaba todo preparado, así que comencé la cirugía… No duró mucho. El niño, de cuerpo frágil, no soportó semejante herida. Impotente, me quise ir de allí. Antes pregunté a una de las enfermeras qué había pasado. Él y sus dos hermanos habían sido baleados por la policía algunas horas antes. Aparentemente querían robar en una juguetería. Me di vuelta, miré la cara del niño muerto. Vi que no tendría más de diez años y tomé la decisión. Nunca más empuñé un bisturí. Lo recuerdo muy bien porque era la madrugada de un seis de enero.

 

 

 

Paro

 

Ya casi amanecía cuando me venció el sueño. Me despertó mi madre a los gritos para que fuera a ver qué me habían traído .los Reyes Magos. De pronto tenía entre mis manos una hermosa  computadora de juguete. Sin desayunar, salí disparado para mostrarle mi regalo a Luís, mi amigo del departamento del frente. Lo encontré con cara triste y las lágrimas pugnado por salir de sus ojos. «Mi papá me explicó que cuando los padres están sin trabajo los Reyes magos no pasan» me dijo. Ese día jugamos durante muchas horas con mi computadora de juguete y yo dejé de creer en esos reyes crueles que ignoraban a los niños cuyos padres están desocupados.

 

 

 

Apocalipsis

 

Melchor y Gaspar, en sesión antidemocrática, decidieron que el encargado de las justificaciones sería Baltasar. El pobre, se pasó toda la noche visitando las casas humildes de numerosos barrios de la ciudad irredenta… (hasta tuvo que hacer un arreglo con Cronos para que estirara el tiempo). Tuvo que explicar a padre por padre, madre por madre, tutor por tutor qué, debido a la inflación descontrolada, la corrupción imperante en algunos sectores, el aumento de presupuesto de la obra pública, el incremento en la dieta de los políticos y jueces y algunas otras razones, ese año, no podrían dejar los juguetes solicitados por los niños. Luego, cuando amanecía, se bebió varias ginebras en un bar y se descerrajó un balazo. Melchor y Gaspar, profundamente conmocionados decidieron dejar el negocio. Es por aquello, ocurrido hace tantos años, en la tierra, que los niños, que han logrado escapar de ella antes del apocalipsis nuclear, no creen en los reyes magos.