domingo, 25 de septiembre de 2011

PAPIRO








Caminando
por las calles de El Cairo
me compré un papiro auténtico
que después de la prueba
con carbono catorce resultó falso,
por supuesto.

El tipo que me lo había vendido
llegó a traducirme
lo que estaba escrito;

con esa historia supuesta
escribí un poema
que ganó un premio literario
en un certamen
de poesía innovadora
con lo cual queda demostrado
que algunos poetas
viven anónimamente
en las calles de El Cairo,
que la reescritura
no es un ejercicio sin provecho
y que la renovación es algo cíclico en el mundo.

 
 

2 comentarios:

  1. Muy bueno. Parece una historia de Capicúa, el personaje de historietas suertudo.
    Saludos.
    Arturo.

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