miércoles, 13 de mayo de 2009

ACEDÍA



ACEDÍA
A veces,
cuando se inicia el día
y la ciudad aúlla
su despertar enrevesado
presta a devorarse a los miles
de fantasmas que la habitan
(tan iguales a mí…
tan diferentes)
descarto la esperanza,
me embarga la tristeza,
me enojo con Dios
y me entrego a la acedía
como si Él fuera el responsable
de la perfidia toda
de los hombres.



Del poemario inédito "Poesía de entrecasa"

 

1 comentario:

  1. uno sabe enojarse con Dios y a veces con tanto hecho lamentable, dudar de su existencia.La esperanza esta ahí querido Antonio, no la perdamos.

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