Dibujo salón Medioteca Villa maría Fotografía: Mariana Lucatelli
SONETO DE VIDA
Quizás debí tomar antioxidantes,
consumir menos grasas y frituras,
comer más fibras, frutas y verduras
y al pucho renunciar; estar distante
del vino (ese brebaje amenazante
de la salud) tener mucha cordura
y evitar el estrés y la locura.
No fue así; pudo más el excitante
juego de transitar mis estaciones
disfrutando de sueños y emociones
ardoroso, tenaz y sin medida
y esta noche, aferrado a mis pasiones
rechazo mis nostalgias aburridas.
Sé que mi vida es vida bien vivida.
CUENTO POEMA DE MENOS
DE DOSCIENTAS PALABRAS
En la noche profunda
huye con ansiosa turbación
del hombre que, sin piedad,
la busca.
Sabe que si el cazador la encuentra
quedará cautiva para siempre.
Escapa y se esconde en la luminosa
oscuridad nocturna.
Con desazón
el perseguidor abandona la búsqueda,
regresa a su sillón,
bebe vino,
fuma…
De pronto, sin apenas darse cuenta,
la descubre.
Ella se rinde.
El hombre, con el sabor del triunfo
en sus entrañas,
la encierra.
A medida que pasan
las horas y los días
ella comienza a disfrutar
su encierro.
Descubre que quienes la miran
la admiran;
su cautiverio es espléndido
y llega el día que descubre
que su prisión
le permitirá atravesar
los tiempos.
Cuando la palabra
cae prisionera de quien le da
el lugar exacto,
narrador o poeta,
es inmortal
y perdura en el corazón mismo
de los hombres.
DE DOSCIENTAS PALABRAS
En la noche profunda
huye con ansiosa turbación
del hombre que, sin piedad,
la busca.
Sabe que si el cazador la encuentra
quedará cautiva para siempre.
Escapa y se esconde en la luminosa
oscuridad nocturna.
Con desazón
el perseguidor abandona la búsqueda,
regresa a su sillón,
bebe vino,
fuma…
De pronto, sin apenas darse cuenta,
la descubre.
Ella se rinde.
El hombre, con el sabor del triunfo
en sus entrañas,
la encierra.
A medida que pasan
las horas y los días
ella comienza a disfrutar
su encierro.
Descubre que quienes la miran
la admiran;
su cautiverio es espléndido
y llega el día que descubre
que su prisión
le permitirá atravesar
los tiempos.
Cuando la palabra
cae prisionera de quien le da
el lugar exacto,
narrador o poeta,
es inmortal
y perdura en el corazón mismo
de los hombres.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarcomo siempre, Antonio, es un acto innegablemente placentero el disfrutar la disección de la condición humana a través de las palabras. !Un abrazo desde México! Congratulaciones a tu precisión, tu contundenica poética.
ResponderEliminarTodo corre en su poesía, el acto cotidiano, la vida misma. Versos que fluyen sin temor. Un abrazo desde Lima, Julia
ResponderEliminarInvita a pensar en ir abandonando algunos escondidos malos hábitos que entorpecen la salud...
ResponderEliminarLo disfrute.
Asimétricos saludos.
Fabiana
oi, antonio, belos poemas como sempre!!!
ResponderEliminarbeijos
elaine
desde Brasil