Los dioses
impotentes
Los Reyes Magos quisieron ir a Siria para salvar a los niños del
infierno. Los rivales no lo permitieron y los dioses fueron impotentes.
Interrogante
Con el kalashnikov preparado, un niño etíope le pregunta a otro: ¿Qué es
un rey mago?
Reyes
magos
El niño despertó con las primeras luces del día. Apenas despejó su
mente, recordó que era noche de reyes y corrió a ver que le habían dejado en
sus zapatitos. Decepcionado, volvió a la cama. No habían dejado nada.
Afortunadamente, los otros niños del orfanato seguían durmiendo.
Memorias
Cuando entré al quirófano,
sentí un extraño escalofrío. Estaba todo preparado, así que comencé la cirugía…
No duró mucho. El niño, de cuerpo frágil, no soportó semejante herida.
Impotente, me quise ir de allí. Antes pregunté a una de las enfermeras qué
había pasado. Él y sus dos hermanos habían sido baleados por la policía algunas
horas antes. Aparentemente querían robar en una juguetería. Me di vuelta, miré
la cara del niño muerto. Vi que no tendría más de diez años y tomé la decisión.
Nunca más empuñé un bisturí. Lo recuerdo muy bien porque era la madrugada de un
seis de enero.
Paro
Ya casi amanecía cuando me
venció el sueño. Me despertó mi madre a los gritos para que fuera a ver qué me habían
traído .los Reyes Magos. De pronto tenía entre mis manos una hermosa computadora de juguete. Sin desayunar, salí disparado
para mostrarle mi regalo a Luís, mi amigo del departamento del frente. Lo
encontré con cara triste y las lágrimas pugnado por salir de sus ojos. «Mi papá
me explicó que cuando los padres están sin trabajo los Reyes magos no pasan» me
dijo. Ese día jugamos durante muchas horas con mi computadora de juguete y yo
dejé de creer en esos reyes crueles que ignoraban a los niños cuyos padres están
desocupados.
Apocalipsis
Melchor y Gaspar, en
sesión antidemocrática, decidieron que el encargado de las justificaciones
sería Baltasar. El pobre, se pasó toda la noche visitando las casas humildes de
numerosos barrios de la ciudad irredenta… (hasta tuvo que hacer un arreglo con
Cronos para que estirara el tiempo). Tuvo que explicar a padre por padre, madre
por madre, tutor por tutor qué, debido a la inflación descontrolada, la
corrupción imperante en algunos sectores, el aumento de presupuesto de la obra
pública, el incremento en la dieta de los políticos y jueces y algunas otras
razones, ese año, no podrían dejar los juguetes solicitados por los niños.
Luego, cuando amanecía, se bebió varias ginebras en un bar y se descerrajó un
balazo. Melchor y Gaspar, profundamente conmocionados decidieron dejar el
negocio. Es por aquello, ocurrido hace tantos años, en la tierra, que los niños,
que han logrado escapar de ella antes del apocalipsis nuclear, no creen en los
reyes magos.