I
Penumbras
sobre mí.
En lo profundo yace,
desvestida,
mi nostalgia.
Del otro lado
de este océano oscuro
hay un puerto
donde late la vida.
II
La oscuridad
no está en lo confuso
que me envuelve
sino en la pérfida sospecha
de que no me recuerdas.
VIII
Lo infinito de mi sueño
cabe en un retazo
del nocturno.
Simplemente
un borroso perfil,
estampa fugitiva,
azul tatuaje
que se dibuja
en cada espacio de mi ser
y me traspasa
XI
Sobre la muda agonía
del crepúsculo
se despeña, silenciosa,
mi memoria.
El ocaso es gris
como la lluvia,
como mi sed,
como tu imagen,
como este terrible desamparo
V
La noche se deshace
vencida
por todos los silencios.
Apúrate,
atraviesa la oscuridad
y dame tu consuelo
a manos llenas.
Redímeme,
que el tiempo no perdona
y se ha hecho dueño
de todos los relojes.
XV
Mis ilusiones cuelgan
de alguna nube presurosa.
El ángel oscuro
ya no ríe.
Ahora habito
con el alma desnuda
y el corazón a la intemperie
la exacta madriguera
donde se pinta
el reverso de la vida.